jueves, 1 de octubre de 2009

CAP I

El cielo azul al que me llevas,
apacible y callado lo muestras
aguzas el alma y me encuentras
abstraída del mundo, y me besas

La respiración se para poco a poco, el aire te abruma a tal grado que te lloran los ojos, respiras con dificultad. Estas ahí, ¿o no estás? ¿Pasó de verdad? ¿Sera este también uno de mis recurrentes sueños?, todo se obscurece, ves siluetas, y de repente.


El cielo brilla más que nunca es un día en especial hermoso, piensa Rocio, mientras recarga su cabeza en el banco, el árbol que lo cubre le impide ver el azul del cielo, pero ella está feliz, termino su último examen, en un momento llamará a sus papas para avisarles de la buena nueva, da un brinco de la banca, tan jovial como siempre apresura el paso con esa sonrisa que le caracteriza tanto.

Roberto por su parte camina distraído, sus finanzas no andan bien, desde hace tres meses que no encuentra trabajo, esta como siempre fuera de este mundo, pensando y pensando que le dirá a don Juan, el de la renta, o que comera mañana, y ahí esta esa desconocida que le brinda esa sonrisa tan suya.

- ¡sí mamá me fue excelente!, cada vez falta menos para que nos veamos, le mando un saludo a toñito y a mi papá, si diles que los quiero mucho.... No mamá no es necesario que mandes más dinero, ya estoy mejor, era solo un pequeño resfriado. Los amo - exclama Rocio despidiendose mientras a unos kilometros de ahí su mamá orgullosa se prepara para avisarle a los demás miembros de la familia de su hija, sin parar de pedir a Dios por ella.

-Por fín, no veía la hora de salir del maldito trabajo, ese viejo nos explota solo por que necesitamos el dinero - refunfuñaba Roberto al salir de la notaría que esta en la calle de Escontría mientras camina junto a su compañero.

-Relajate Beto, tal vez si no te quejaras tanto con Don Justino no te cargara tanto la mano, aparte, quien mas nos va a dar trabajo, todavía estamos estudiando la carrera, agradece que nos pagan por que con los contadores que trabajaba me decían que ellos me hacían un favor a mí al enseñarme, no veo la hora de poner mi despacho y explotar a mis pasantes- reía Hector.

-Si eso sí, aunque no veo que llegue el día en que me gradúe y me largue de esta madita ciudad donde siempre esta nublado y llueve a cada rato, te lo digo Hector me voy a ir a la playa, haya pondré mi despacho y... - decía Roberto.

- Deja de soñar mi Rober, apenas si tenemos para comer, bueno, te veo mañana en clases- se despide Hector mientras le da una palmada en el hombro a su amigo.

Otra vez abstraído en sus pensamientos Roberto camina calle tras calle, el camión es un lujo del que ha prescindido estos últimos meses. Atraído por el ruido de las risas voltea al café de la derecha; es ese al que llego a ir con sus compañeros de la universidad, el que tenía variedad musical, y ahí ésta -sonrie para sí- es otra vez la chava que me sonrio en la mañana -piensa Roberto- ¡Que casualidad!.

Sin darse cuenta esta ahí, parado frente al vidrio viendo a Rocio reirse con sus amigas, el viento es frío y golpea la cara, pero él ya no puede sentirlo, ya no puede sentir nada.

Rocio voltea a la ventana y lo ve ahí parado afuera, él se da cuenta de su error y sigue camiando, demaciado tarde, Rocio ya lo reconocio.

sábado, 15 de agosto de 2009

DESCUIDO

Monica vivía, Monica amaba, Monica sentía; Monica era linda, era lista, divertida; salía, jugaba, cantaba, Monica fué.
Un día Monica se vio, y no se gusto.
Se pregunto ¿ Por que fue que era feliz?
Monica sufría, Monica lloraba, Monica moría. Monica se descuido, del estudio desistio y en su casa se encerro. Sufria, lloraba, moría.
Monica es, como tu, como yo, Monica puede y no quiere.
Monica es una princesa y no se ha dado cuenta
;)